?Aunque los radicales libres desempeñan un papel importante en algunas funciones celulares, como la señalización celular, un exceso de estos puede resultar en estrés oxidativo, que a su vez puede dañar las células y los tejidos del cuerpo, si no se controlan adecuadamente.
Este fenómeno puede ser el resultado de factores como la exposición a toxinas ambientales, el estrés, la mala alimentación y el ejercicio intenso.
Durante el ejercicio, especialmente el ejercicio intenso y prolongado, se produce un aumento significativo en el consumo de oxígeno por parte del cuerpo para satisfacer las demandas metabólicas de los músculos en actividad. Este incremento en el metabolismo celular conlleva a una mayor producción de energía, pero también genera subproductos en forma de radicales libres, que son moléculas altamente reactivas y potencialmente dañinas.
Además, el estrés físico del ejercicio intenso puede desencadenar respuestas inflamatorias en el cuerpo como parte del proceso de reparación y adaptación al ejercicio.
Esta inflamación, aunque es parte del proceso normal de recuperación, también puede contribuir al estrés oxidativo al aumentar la producción de radicales libres y activar vías inflamatorias que pueden resultar en daño celular adicional.
Impacto en el Rendimiento Deportivo:
El estrés oxidativo puede tener un impacto multifacético en el rendimiento deportivo, afectando tanto la capacidad física como la recuperación de los atletas. Algunos de los impactos más relevantes incluyen:
Fatiga Muscular: El daño celular causado por los radicales libres puede contribuir a la fatiga muscular durante y después del ejercicio, reduciendo la capacidad del atleta para mantener un rendimiento óptimo.
Disminución de la Capacidad de Recuperación: El estrés oxidativo puede interferir en los procesos de recuperación muscular, prolongando el tiempo necesario para la recuperación completa y potencialmente aumentando el riesgo de sobreentrenamiento y lesiones.
Aumento del Riesgo de Lesiones: El estrés oxidativo puede debilitar las estructuras musculares y articulares, aumentando el riesgo de lesiones como distensiones musculares, desgarros y tendinitis.
Impacto en la Salud General y la Función Inmunológica: La inflamación crónica asociada con el estrés oxidativo puede comprometer la función inmunológica y la salud general del atleta, aumentando la susceptibilidad a enfermedades y afectando el rendimiento atlético a largo plazo.
En resumen, el estrés oxidativo inducido por el ejercicio puede tener importantes implicaciones para el rendimiento deportivo, tanto a corto como a largo plazo. La gestión adecuada del estrés oxidativo, a través de estrategias de entrenamiento, nutrición y recuperación efectivas, es esencial para maximizar el rendimiento atlético y promover la salud a largo plazo de los atletas amateur y de alto nivel.
Estrategias para Mitigar el Estrés Oxidativo:
Existen varias estrategias que los deportistas pueden emplear para mitigar, al menos en parte, los efectos del estrés oxidativo y optimizar su rendimiento, entre las cuales tenemos:
Dieta Antioxidante: Consumir una dieta rica en antioxidantes, que incluya frutas, verduras, nueces y granos enteros, puede ayudar a neutralizar los radicales libres y reducir el estrés oxidativo.
Entrenamiento equilibrado: Mantener un equilibrio entre el entrenamiento intenso y el descanso adecuado es crucial para evitar el exceso de estrés oxidativo. Incorporar periodos de recuperación activa y descanso adecuado en el plan de entrenamiento puede ayudar a reducir el riesgo de lesiones y mejorar el rendimiento general.
Gestión del Estrés: El estrés psicológico también puede contribuir al estrés oxidativo. Practicar técnicas de gestión del estrés como la meditación, el yoga y la respiración profunda puede ayudar a reducir el impacto del estrés en el cuerpo y promover la salud celular.
Y por supuesto tenemos la estrategia de la suplementación como la vitamina C, la vitamina E, etc aunque, como mencionamos anteriormente, los suplementos en sí, lejos de ser una solución, se quedan muy cortos a la hora de reducir el estrés oxidativo porque estos antioxidantes actuarían 1:1 contra un radical libre (1 antioxidante eliminaría 1 radical libre) y como mucho llegarían a reducir ese estrés oxidativo en un 5/10% o menos, con lo que esa situación no terminaría de corregirse.
Así que lo más recomendable sería acudir a la reactivación celular, y producir nuestros propios antioxidantes con nuestro reactivador nrf2.